Sólo voy a poner el enlace porque la letanía de barbaridades que hallará el lector o lectora de esta humilde bitácora en la noticia pueden producirle graves arcadas.
Me hace mucha gracia cuando hay bocazas hablando de que la corrupción es cosa de Andalucía, de la costa...
Aqui, en el País Vasco, todos somos humildes y honrados. Vivimos en el paraíso.
Cuando se afirma que los primeros responsables de la corrupción son los ayuntamientos no se dice gratuitamente.
Algunos cuando buscan en el diccionario la palabra trabajar encuentran el término recalificar. Palabra esta golosa para quien no desea usar su tiempo en el primer término mencionado.
Habrá gente que pertenezca al PNV y esté adscrita al gremio de Alí-Babá. Pero ¿cómo se enfrenta la justicia y condena los vicios a cuenta del dinero de todos?
Más de 30 años en el poder no supone problema alguno para quien es honesto. Para quien no lo es, supone una ventaja para su bolsillo del tamaño de su avaricia.
Yo, desde luego, si me metiese en política me echaban por sincero. Y por otro defecto que tengo. Soy incapaz de meter la mano en el bolsillo a gente que se levanta a las 6 de la mañana para ganarse el pan.
P.D.: Me pregunto si las materias de moral, ética, filosofía y las humanidades en general son parte de la educación que los que formarán parte de nuestra futura sociedad, reciben.
30-5-2010
El Correo
De Miguel frenó un plan urbanístico millonario tras llegar el PSE al poder
Una píldora de desahogo de un ciudadano corriente y moliente ante la desidia y el despilfarro institucional
31 mayo 2010
29 mayo 2010
ONA. 11 milloncitos evaporados
Otra duplicidad más de esta piel de toro (hoy día lo más parecido a un reino de taifas) que contribuye a que el dinero de todos se dilapide injustificadamente.
Cada uno por su lado. Tendría que haber 20 canales de televisión por autonomía y otros tantos 5.000 coches oficiales más por ayuntamiento. Bueno, me quedo corto.
28-5-2010
El Correo
AITOR ALONSO | VITORIA
El Gobierno vasco entierra la tarjeta ONA tras gastar 11 millones en su implantación
El Ejecutivo entiende que la versión vasca del DNI electrónico, distribuida en tres años al 10% de la población, «no es operativa»
Once millones de euros, prácticamente a la basura. El Gobierno vasco ha decidido iniciar el proceso para poner fin a la distribución y el uso de la tarjeta ONA, el dispositivo puesto en marcha hace tres años por el Ejecutivo con dos objetivos: convertirse en la nueva tarjeta de identificación sanitaria ante Osakidetza y servir de plataforma para todas las relaciones entre el ciudadano y las administraciones públicas, incluso con algunas entidades bancarias, a través de Internet.
En tres años, el Gobierno del PNV gastó 11 millones de euros en la «implantación y mantenimiento» de la nueva tarjeta, un avanzado dispositivo con 'chip' y banda magnética incluida que permite almacenar todos los datos personales del poseedor. Según la consejería de Sanidad, en 2007 se gastaron 1,78 millones de euros; en 2008, 3,77 millones. Y en 2009, cuando la crisis económica ya era una realidad, casi 5,5 millones. La intensiva campaña de distribución de la tarjeta, con numerosas visitas pueblo a pueblo para fomentar la demanda y recoger 'in situ' las peticiones de los interesados, hizo que en tres años llegara casi al 10% de la población vasca. A finales de 2009, 205.907 residentes en Euskadi disponían de la tarjeta personal e intransferible. La mayoría de ellas se tramitaron en campañas específicas en Bilbao (44.140), Vitoria (22.845), Barakaldo (14.685) y en entidades como la UPV (11.994), el propio Gobierno vasco o la Diputación de Guipúzcoa. Las cantidades económicas contrastan con lo destinado en los últimos diez años a mantener y ampliar el parque de tarjetas sanitarias tradicionales (TIS, creada en 1989), que no alcanzó los dos millones de euros.
La ONA fue concebida por el Gabinete de Ibarretxe como la pieza clave de su proyecto de administración 'on line'. No sólo se trataba de la nueva tarjeta de identificación que se debe mostrar al médico en Osakidetza. Sobre el papel, tenía más utilidades, muchas de ellas similares a las que ofrece el DNI electrónico, también en proceso de implantación progresiva. Al poder homologarse como método para la firma electrónica -igual que el nuevo DNI-, daba la oportunidad de realizar desde casa trámites oficiales ante las administraciones. Desde pedir un certificado o realizar ofertas en los concursos públicos hasta efectuar operaciones fiscales, consultar los puntos del carné de conducir o la vida laboral. En el caso vasco, mediante acuerdos con ayuntamientos, la ONA también se concebía como forma de identificación en polideportivos o bibliotecas municipales.
Pero no todo eran ventajas. Al margen de su uso como tarjeta sanitaria -para lo que ya está la tradicional TIS azul y blanca de Osakidetza-, sacar el máximo rendimiento a la ONA requería una participación muy activa del usuario, un lastre que también arrastra el DNI electrónico. El poseedor debe hacerse con un lector de tarjetas para instalarlo en su ordenador -cuestan entre 15 y 30 euros-, lo que requiere al menos de ciertos conocimientos de informática. También debe homologar su tarjeta como firma electrónica a través de Internet. Algunos usuarios se encontraron con problemas añadidos, como que el 'software' ofrecido por el Gobierno vasco no era compatible con algunos sistemas operativos, por ejemplo los de Apple o Linux.
El Gobierno de Patxi López no oculta ahora que tanta complejidad ha derivado en que la tarjeta «no sea operativa» y, en consecuencia, tenga un uso muy limitado. «La tarjeta puede contener tantos datos personales que hace que su tramitación sea muy compleja. Por ejemplo, no se puede enviar al usuario por correo. Sólo se puede entregar en mano», apunta un portavoz.
Duplicar inversiones
Esta falta de eficiencia y el hecho de que la inversión económica vasca tenga el mismo objetivo que la que realiza el Estado con el DNI electrónico -y por tanto sea duplicar gastos en una época de crisis- parece estar en la base de la decisión de frenar en seco la expansión de la ONA. El titular de Sanidad, Rafael Bengoa, ha señalado que «no existe ningún argumento político detrás» de la eliminación de la tarjeta que puso en marcha su predecesor, Gabriel Inclán. «No hace falta tener siete tarjetas encima para relacionarse con la Sanidad o la Administración», agregó. Ahora, «el DNI y la tarjeta sanitaria de toda la vida van a bastar para hacer todo».
La ONA no va a desaparecer inmediatamente, sino que será «un proceso», indicaron fuentes de Sanidad. El Ejecutivo ya anunció en diciembre que preveía ralentizar su distribución.
Cada uno por su lado. Tendría que haber 20 canales de televisión por autonomía y otros tantos 5.000 coches oficiales más por ayuntamiento. Bueno, me quedo corto.
28-5-2010
El Correo
AITOR ALONSO | VITORIA
El Gobierno vasco entierra la tarjeta ONA tras gastar 11 millones en su implantación
El Ejecutivo entiende que la versión vasca del DNI electrónico, distribuida en tres años al 10% de la población, «no es operativa»
Once millones de euros, prácticamente a la basura. El Gobierno vasco ha decidido iniciar el proceso para poner fin a la distribución y el uso de la tarjeta ONA, el dispositivo puesto en marcha hace tres años por el Ejecutivo con dos objetivos: convertirse en la nueva tarjeta de identificación sanitaria ante Osakidetza y servir de plataforma para todas las relaciones entre el ciudadano y las administraciones públicas, incluso con algunas entidades bancarias, a través de Internet.
En tres años, el Gobierno del PNV gastó 11 millones de euros en la «implantación y mantenimiento» de la nueva tarjeta, un avanzado dispositivo con 'chip' y banda magnética incluida que permite almacenar todos los datos personales del poseedor. Según la consejería de Sanidad, en 2007 se gastaron 1,78 millones de euros; en 2008, 3,77 millones. Y en 2009, cuando la crisis económica ya era una realidad, casi 5,5 millones. La intensiva campaña de distribución de la tarjeta, con numerosas visitas pueblo a pueblo para fomentar la demanda y recoger 'in situ' las peticiones de los interesados, hizo que en tres años llegara casi al 10% de la población vasca. A finales de 2009, 205.907 residentes en Euskadi disponían de la tarjeta personal e intransferible. La mayoría de ellas se tramitaron en campañas específicas en Bilbao (44.140), Vitoria (22.845), Barakaldo (14.685) y en entidades como la UPV (11.994), el propio Gobierno vasco o la Diputación de Guipúzcoa. Las cantidades económicas contrastan con lo destinado en los últimos diez años a mantener y ampliar el parque de tarjetas sanitarias tradicionales (TIS, creada en 1989), que no alcanzó los dos millones de euros.
La ONA fue concebida por el Gabinete de Ibarretxe como la pieza clave de su proyecto de administración 'on line'. No sólo se trataba de la nueva tarjeta de identificación que se debe mostrar al médico en Osakidetza. Sobre el papel, tenía más utilidades, muchas de ellas similares a las que ofrece el DNI electrónico, también en proceso de implantación progresiva. Al poder homologarse como método para la firma electrónica -igual que el nuevo DNI-, daba la oportunidad de realizar desde casa trámites oficiales ante las administraciones. Desde pedir un certificado o realizar ofertas en los concursos públicos hasta efectuar operaciones fiscales, consultar los puntos del carné de conducir o la vida laboral. En el caso vasco, mediante acuerdos con ayuntamientos, la ONA también se concebía como forma de identificación en polideportivos o bibliotecas municipales.
Pero no todo eran ventajas. Al margen de su uso como tarjeta sanitaria -para lo que ya está la tradicional TIS azul y blanca de Osakidetza-, sacar el máximo rendimiento a la ONA requería una participación muy activa del usuario, un lastre que también arrastra el DNI electrónico. El poseedor debe hacerse con un lector de tarjetas para instalarlo en su ordenador -cuestan entre 15 y 30 euros-, lo que requiere al menos de ciertos conocimientos de informática. También debe homologar su tarjeta como firma electrónica a través de Internet. Algunos usuarios se encontraron con problemas añadidos, como que el 'software' ofrecido por el Gobierno vasco no era compatible con algunos sistemas operativos, por ejemplo los de Apple o Linux.
El Gobierno de Patxi López no oculta ahora que tanta complejidad ha derivado en que la tarjeta «no sea operativa» y, en consecuencia, tenga un uso muy limitado. «La tarjeta puede contener tantos datos personales que hace que su tramitación sea muy compleja. Por ejemplo, no se puede enviar al usuario por correo. Sólo se puede entregar en mano», apunta un portavoz.
Duplicar inversiones
Esta falta de eficiencia y el hecho de que la inversión económica vasca tenga el mismo objetivo que la que realiza el Estado con el DNI electrónico -y por tanto sea duplicar gastos en una época de crisis- parece estar en la base de la decisión de frenar en seco la expansión de la ONA. El titular de Sanidad, Rafael Bengoa, ha señalado que «no existe ningún argumento político detrás» de la eliminación de la tarjeta que puso en marcha su predecesor, Gabriel Inclán. «No hace falta tener siete tarjetas encima para relacionarse con la Sanidad o la Administración», agregó. Ahora, «el DNI y la tarjeta sanitaria de toda la vida van a bastar para hacer todo».
La ONA no va a desaparecer inmediatamente, sino que será «un proceso», indicaron fuentes de Sanidad. El Ejecutivo ya anunció en diciembre que preveía ralentizar su distribución.
26 mayo 2010
El telón de acero económico
El Sistema parece que sólo puede crecer hasta el infinito en un globo terráqueo finito. Imposible.
Cuando los ricos son cada vez menos pero acumulan una riqueza cada vez mayor, siempre será a costa de que los demás seán más pobres aún y en mayor número.
Y el mismo símil se puede aplicar a los recursos naturales.
Hace tiempo que la CEE es más bien la Europa de los mercaderes. Alemania y Francia son los países que más armas venden a Grecia. Y luego hay que ajustar cuentas.
Por lo visto el sueño de algunos iluminados es que cada uno de nosotros acumule 5 coches, 15 televisores y 40 pisos. ¡Qué plan de vida más extraño!
Recomendemos de nuevo la lectura de Dinero:
20-5-2008 Dinero. De Miguel Brieva
26-5-2010
El Correo
Cartas al Director
El nuevo telón de acero
ALEJANDRO SOTA. GETXO-VIZCAYA
Un nuevo telón de acero se cierne sobre los ciudadanos europeos. Tras el mismo, sus ciudadanos se empobrecen, sus salarios se reducen y su bienestar social inicia la senda de la desaparición. Sus tres muros de acero deprimen las condiciones de vida de las clases populares. El primero lo conforman los mercados financieros, donde los especuladores internacionales, con dinero del BCE, y con un paquete de rescate que les libra de la quiebra, obtienen beneficios enormes con la deuda pública. El segundo lo forman las instituciones europeas, dirigidas por políticos liberales que dirigen instrucciones a los gobernantes elegidos por los ciudadanos, que obedecen servilmente. Exigen planes de austeridad a los ciudadanos que reducen el gasto social y engordan los beneficios de los especuladores financieros. El tercer muro lo conforman los grandes medios de comunicación, que sólo aceptan el neoliberalismo como solución de la crisis. Es normal, su existencia depende de que sus enormes deudas sean financiadas por los bancos. Me temo que el siguiente objetivo de esta troika institucional sea la intervención del único espacio de libertad que nos queda, la Red de redes. Veremos.
Cuando los ricos son cada vez menos pero acumulan una riqueza cada vez mayor, siempre será a costa de que los demás seán más pobres aún y en mayor número.
Y el mismo símil se puede aplicar a los recursos naturales.
Hace tiempo que la CEE es más bien la Europa de los mercaderes. Alemania y Francia son los países que más armas venden a Grecia. Y luego hay que ajustar cuentas.
Por lo visto el sueño de algunos iluminados es que cada uno de nosotros acumule 5 coches, 15 televisores y 40 pisos. ¡Qué plan de vida más extraño!
Recomendemos de nuevo la lectura de Dinero:
20-5-2008 Dinero. De Miguel Brieva
26-5-2010
El Correo
Cartas al Director
El nuevo telón de acero
ALEJANDRO SOTA. GETXO-VIZCAYA
Un nuevo telón de acero se cierne sobre los ciudadanos europeos. Tras el mismo, sus ciudadanos se empobrecen, sus salarios se reducen y su bienestar social inicia la senda de la desaparición. Sus tres muros de acero deprimen las condiciones de vida de las clases populares. El primero lo conforman los mercados financieros, donde los especuladores internacionales, con dinero del BCE, y con un paquete de rescate que les libra de la quiebra, obtienen beneficios enormes con la deuda pública. El segundo lo forman las instituciones europeas, dirigidas por políticos liberales que dirigen instrucciones a los gobernantes elegidos por los ciudadanos, que obedecen servilmente. Exigen planes de austeridad a los ciudadanos que reducen el gasto social y engordan los beneficios de los especuladores financieros. El tercer muro lo conforman los grandes medios de comunicación, que sólo aceptan el neoliberalismo como solución de la crisis. Es normal, su existencia depende de que sus enormes deudas sean financiadas por los bancos. Me temo que el siguiente objetivo de esta troika institucional sea la intervención del único espacio de libertad que nos queda, la Red de redes. Veremos.
18 mayo 2010
¿Para cuándo una moción de confianza, señor presidente? Por Juan Carlos Escudier
Más argumentos para llenar el vagón desde el que se va gritando ¡Más madera!
Como en la película de los hermanos Marx. Sólo que aqui, en este caso, tiene muy poca gracia.
Repetimos también el asombro cuando vemos un montón de gente meneando banderines en los mítines del PPSOE y similares. ¿Se informan estos señores de lo que pasa o sólo les falta un cencerro colgado del cuello?
15-5-5010
El Confidencial
Juan Carlos Escudier
¿Para cuándo una moción de confianza, señor presidente?
Existe la duda razonable de que lo que presenciamos este miércoles en el Congreso no fuera la expiación de los pecados económicos de Zapatero sino su propio haraquiri político. Un oído atento hubiera podido percibir bajo la entonación de ese plan de ajuste que recortará el sueldo de los funcionarios y congelará las pensiones el desgarro de la daga en el abdomen de quien sabe descubierto el último de sus trampantojos. Los samurais que se daban matarile solían escribir un último poema en el abanico ceremonial. El de Zapatero no lo escribió él sino el que fuera director de su oficina presupuestaria, David Taguas, a quien amigos y servicios prestados colocaron al frente de la patronal de las grandes constructoras. Así decía su SMS de urgencia: “¡Bravo presidente! Felicidades por tu intervención y por impulsar medidas que son imprescindibles. Un muy fuerte abrazo. David”.
Con el aplauso de Taguas, de los banqueros, de la CEOE, de Bruselas y hasta de Obama, que de forma insólita desmentía haber presionado a Zapatero para sacar la podadora mientras alababa su valentía, caían las últimas paletadas de arena sobre su capital político, ya completamente enterrado bajo las dunas. “Los ciudadanos -había dicho en su discurso de investidura de 2004- nos exigen a los políticos que seamos fieles a nuestras promesas. Esta exigencia es, para mí, la más apremiante, la más obligada. Haré honor a la palabra dada”. Y esta palabra dada, machaconamente repetida y recogida con profusión en la propaganda socialista se reducía a lo siguiente: “saldremos de la crisis preservando la protección social y el apoyo a la familia”.
El hombre que hace unos meses en un cónclave de su partido aseguraba haber dicho “no” a los poderosos, a los que acusaba de haberse empleado a fondo para conseguir “otro modelo de sociedad con abaratamiento del despido y con reducción de derechos sociales” recibía sus palmaditas en la espalda por el arrojo de tirar a la papelera la espina dorsal de su discurso de los últimos seis años. Bravo presidente, que diría Taguas.
Habrá quien crea que estamos ante la última manifestación de un filibustero que no sintió reparos en engañar a Artur Mas cuando le prometió en 2006 dejar gobernar a CiU si era la fuerza más votada o en mover a Rajoy los cubiletes de trilero en la negociación con ETA para que no supiera dónde estaba la bolita. O que se trataba del paso lógico de quien primero negó la crisis y luego, atrapado por las circunstancias, habría aceptado meter la piqueta a su fachada socialdemócrata hasta hacer ruina de ella.
Pero nada de lo anterior es comparable con lo ocurrido ahora. Es posible aceptar que Zapatero no alcanzara a ver la dimensión de una crisis para la que nadie estaba preparado -ni siquiera el PP, que prometía el pleno empleo en el programa económico que defendía Pizarro- y, desde luego, no hay político que merezca ser condenado por tomar el pelo a la oposición. De lo que no podrá escapar es de haber tumbado la viga maestra de todo el edificio de su acción en el Gobierno, que se ha derrumbado estrepitosamente sobre su propia cabeza.
Zapatero se ha incapacitado a sí mismo. Y no vale la excusa de la excepcionalidad de la situación, porque eso sólo acrecienta la idea de que quien nos dirige viene a comportarse como un pollo sin cabeza. No se puede mantener un día que es imposible acelerar más el recorte del déficit porque eso pone en peligro la recuperación y hacer lo contrario al día siguiente y a la recuperación que la vayan dando. Especialmente grave es, además, que ese giro copernicano obedezca a una imposición externa, a una tutela que hipoteca definitivamente la autonomía de la política económica del país.
Si hemos llegado a este punto es por el largo rosario de disparates cometidos por un Gobierno que se decía de izquierdas y que ha conseguido con su único esfuerzo que los millonarios, los ricos de verdad, paguen hoy en la España de la crisis menos impuestos que en la etapa de Aznar. A los funcionarios no les ha recortado el sueldo el ataque de los especuladores sino ese populismo barato que entendía que los impuestos se habían inventado para conseguir votos y no para redistribuir la riqueza y las cargas del Estado.
Sucesivamente, en cuatro años se reformó innecesariamente el IRPF para demostrar que también era de izquierdas bajar impuestos y se recortó el tipo máximo para favorecer a las rentas más altas. La broma costó unos 5.000 millones. Se acordó la devolución lineal de los 400 euros, finalmente eliminada, que volvía a beneficiar a los más pudientes. Otros 6.000 millones. Se eliminó el impuesto del Patrimonio, una medida pensada sin duda para los sin techo: 1.800 millones más. Mientras, había que subir el IVA y los impuestos especiales, porque la igualdad es que todos, ricos y pobres, paguemos lo mismo por la copa de orujo. Y de modificar las bases de un modelo tributario injusto que se ceba con los asalariados, cuya fiscalidad sufraga el 90% del gasto público, ni hablar del peluquín.
Para el recorte decidido ahora, que se ha cebado con funcionarios, pensionistas y dependientes, además de con la inversión pública, no hacía falta ser Galbraith. Bastaba con ser Elena Salgado. Ni una sola de las medidas toca un céntimo de los que más tienen y está por ver que eso llegue a ocurrir en algún momento. Para mayor escarnio basta con comparar el ajuste español con el portugués: allí sube el IRPF para todos, pero un 50% más a los que más tienen; sube el IVA, sí, pero se implanta un impuesto de crisis del 2,5% de su beneficio a las empresas que más ganan y a los bancos. Y también bajan los sueldos un 5%, pero sólo el de los políticos y altos cargos. Dicho ajuste ha sido fruto del pacto entre el Gobierno del socialdemócrata Sócrates y la oposición conservadora. Exactamente igual que aquí.
Vapuleado sin excepción por todos los partidos de la oposición, lo verdaderamente democrático sería que Zapatero se sometiera, como le pedía este viernes el portavoz de CiU, Durán Lleida, a una moción de confianza. Y ello porque quien reclama a los españoles sacrificios tan dolorosos invierte la carga de la prueba. Ya no se trata de que el PP se atreva a presentar un censura para apartarle de sus responsabilidades, sino que quien se dispone a pilotar el país con la desconfianza de más del 70% de la población y sólo promete sangre, sudor y lágrimas, debe tener la certeza de que cuenta con el respaldo necesario. Si no lo tiene, corresponde al PSOE, que ganó las elecciones hace dos años con más de 11 millones de votos, proponer un sustituto hasta el final de la legislatura. Una cosa es que Zapatero haya decidido hacerse el haraquiri y otra que nos salpique con lo único rojo que le queda.
http://www.elconfidencial.com/sin-enmienda/cuando-mocion-confianza-senor-presidente-20100515.html
Como en la película de los hermanos Marx. Sólo que aqui, en este caso, tiene muy poca gracia.
Repetimos también el asombro cuando vemos un montón de gente meneando banderines en los mítines del PPSOE y similares. ¿Se informan estos señores de lo que pasa o sólo les falta un cencerro colgado del cuello?
15-5-5010
El Confidencial
Juan Carlos Escudier
¿Para cuándo una moción de confianza, señor presidente?
Existe la duda razonable de que lo que presenciamos este miércoles en el Congreso no fuera la expiación de los pecados económicos de Zapatero sino su propio haraquiri político. Un oído atento hubiera podido percibir bajo la entonación de ese plan de ajuste que recortará el sueldo de los funcionarios y congelará las pensiones el desgarro de la daga en el abdomen de quien sabe descubierto el último de sus trampantojos. Los samurais que se daban matarile solían escribir un último poema en el abanico ceremonial. El de Zapatero no lo escribió él sino el que fuera director de su oficina presupuestaria, David Taguas, a quien amigos y servicios prestados colocaron al frente de la patronal de las grandes constructoras. Así decía su SMS de urgencia: “¡Bravo presidente! Felicidades por tu intervención y por impulsar medidas que son imprescindibles. Un muy fuerte abrazo. David”.
Con el aplauso de Taguas, de los banqueros, de la CEOE, de Bruselas y hasta de Obama, que de forma insólita desmentía haber presionado a Zapatero para sacar la podadora mientras alababa su valentía, caían las últimas paletadas de arena sobre su capital político, ya completamente enterrado bajo las dunas. “Los ciudadanos -había dicho en su discurso de investidura de 2004- nos exigen a los políticos que seamos fieles a nuestras promesas. Esta exigencia es, para mí, la más apremiante, la más obligada. Haré honor a la palabra dada”. Y esta palabra dada, machaconamente repetida y recogida con profusión en la propaganda socialista se reducía a lo siguiente: “saldremos de la crisis preservando la protección social y el apoyo a la familia”.
El hombre que hace unos meses en un cónclave de su partido aseguraba haber dicho “no” a los poderosos, a los que acusaba de haberse empleado a fondo para conseguir “otro modelo de sociedad con abaratamiento del despido y con reducción de derechos sociales” recibía sus palmaditas en la espalda por el arrojo de tirar a la papelera la espina dorsal de su discurso de los últimos seis años. Bravo presidente, que diría Taguas.
Habrá quien crea que estamos ante la última manifestación de un filibustero que no sintió reparos en engañar a Artur Mas cuando le prometió en 2006 dejar gobernar a CiU si era la fuerza más votada o en mover a Rajoy los cubiletes de trilero en la negociación con ETA para que no supiera dónde estaba la bolita. O que se trataba del paso lógico de quien primero negó la crisis y luego, atrapado por las circunstancias, habría aceptado meter la piqueta a su fachada socialdemócrata hasta hacer ruina de ella.
Pero nada de lo anterior es comparable con lo ocurrido ahora. Es posible aceptar que Zapatero no alcanzara a ver la dimensión de una crisis para la que nadie estaba preparado -ni siquiera el PP, que prometía el pleno empleo en el programa económico que defendía Pizarro- y, desde luego, no hay político que merezca ser condenado por tomar el pelo a la oposición. De lo que no podrá escapar es de haber tumbado la viga maestra de todo el edificio de su acción en el Gobierno, que se ha derrumbado estrepitosamente sobre su propia cabeza.
Zapatero se ha incapacitado a sí mismo. Y no vale la excusa de la excepcionalidad de la situación, porque eso sólo acrecienta la idea de que quien nos dirige viene a comportarse como un pollo sin cabeza. No se puede mantener un día que es imposible acelerar más el recorte del déficit porque eso pone en peligro la recuperación y hacer lo contrario al día siguiente y a la recuperación que la vayan dando. Especialmente grave es, además, que ese giro copernicano obedezca a una imposición externa, a una tutela que hipoteca definitivamente la autonomía de la política económica del país.
Si hemos llegado a este punto es por el largo rosario de disparates cometidos por un Gobierno que se decía de izquierdas y que ha conseguido con su único esfuerzo que los millonarios, los ricos de verdad, paguen hoy en la España de la crisis menos impuestos que en la etapa de Aznar. A los funcionarios no les ha recortado el sueldo el ataque de los especuladores sino ese populismo barato que entendía que los impuestos se habían inventado para conseguir votos y no para redistribuir la riqueza y las cargas del Estado.
Sucesivamente, en cuatro años se reformó innecesariamente el IRPF para demostrar que también era de izquierdas bajar impuestos y se recortó el tipo máximo para favorecer a las rentas más altas. La broma costó unos 5.000 millones. Se acordó la devolución lineal de los 400 euros, finalmente eliminada, que volvía a beneficiar a los más pudientes. Otros 6.000 millones. Se eliminó el impuesto del Patrimonio, una medida pensada sin duda para los sin techo: 1.800 millones más. Mientras, había que subir el IVA y los impuestos especiales, porque la igualdad es que todos, ricos y pobres, paguemos lo mismo por la copa de orujo. Y de modificar las bases de un modelo tributario injusto que se ceba con los asalariados, cuya fiscalidad sufraga el 90% del gasto público, ni hablar del peluquín.
Para el recorte decidido ahora, que se ha cebado con funcionarios, pensionistas y dependientes, además de con la inversión pública, no hacía falta ser Galbraith. Bastaba con ser Elena Salgado. Ni una sola de las medidas toca un céntimo de los que más tienen y está por ver que eso llegue a ocurrir en algún momento. Para mayor escarnio basta con comparar el ajuste español con el portugués: allí sube el IRPF para todos, pero un 50% más a los que más tienen; sube el IVA, sí, pero se implanta un impuesto de crisis del 2,5% de su beneficio a las empresas que más ganan y a los bancos. Y también bajan los sueldos un 5%, pero sólo el de los políticos y altos cargos. Dicho ajuste ha sido fruto del pacto entre el Gobierno del socialdemócrata Sócrates y la oposición conservadora. Exactamente igual que aquí.
Vapuleado sin excepción por todos los partidos de la oposición, lo verdaderamente democrático sería que Zapatero se sometiera, como le pedía este viernes el portavoz de CiU, Durán Lleida, a una moción de confianza. Y ello porque quien reclama a los españoles sacrificios tan dolorosos invierte la carga de la prueba. Ya no se trata de que el PP se atreva a presentar un censura para apartarle de sus responsabilidades, sino que quien se dispone a pilotar el país con la desconfianza de más del 70% de la población y sólo promete sangre, sudor y lágrimas, debe tener la certeza de que cuenta con el respaldo necesario. Si no lo tiene, corresponde al PSOE, que ganó las elecciones hace dos años con más de 11 millones de votos, proponer un sustituto hasta el final de la legislatura. Una cosa es que Zapatero haya decidido hacerse el haraquiri y otra que nos salpique con lo único rojo que le queda.
http://www.elconfidencial.com/sin-enmienda/cuando-mocion-confianza-senor-presidente-20100515.html
12 mayo 2010
Azkuna y su encuentro digital en 20 minutos
Encuentro digital en 20 minutos con el Ilustrísimo Alcalde de la Noble Villa de Bilbao. El Sr. Iñaki Azkuna. Como siempre (y esto debe ser norma en el 90% de la clase política) se sale por la tangente en las respuestas que da al ciudadano.
De su nefasta política de ensanchar aceras y construir aparcamientos ejemplares como el de La Peña (con su polideportivo con piscina agrietada ad hoc) no dice nada.
O la cazada que le ha pegado al consistorio la asociación El Canal a cuenta de la urbanización de Zorrozaure. 60.000 euros se ha gastado la Asociación en pleitear. Todo un ejemplo de la democracia de David y Goliath.
De obras absurdas y despilfarros cotidianos tampoco da cuenta. El último en esa singular y eterna obra de la Alhóndiga.
Tampoco habla de lo que pintan 15.000 viviendas vacías en Bilbao y por qué son de las más caras de todo España.
Y oye, cierta gente le pregunta sobre la bandera española en la fachada de la casa consistorial, de si se siente español o qué le parece que la selección española de balompìé venga a jugar a San Mamés (no se si el actual o esa nuevo estadio tan molón). Asuntos de capital importancia, desde luego. Si ponen la bandera de las Islas Feroe y la ciudad va a mejorar la eficacia en la aplicación de sus presupuestos municipales yo encantado ¿eh? Ya están tardando en izarla, mirusté...
Yo repito el comentario que dejé en esa misma entrada del gratuito:
A ver.
Derribar el Viaducto de Sabino Arana significa que 40.000 vehículos (de los 80.000 que entran diaramente) tendrán que dar vueltas para poder acceder por otras partes.
Promocionar el transporte privado da mucho dinero. Por eso se gastan 1.700 millonazos de euros en la Supersur.
El Garaje y polideportivo de La Peña preciosos.
La Alhóndiga gastos y despilfarros sin fin. El último la anulación de la calzada de la plaza Arriquibar y sustituirlo por asfaltado normal.
La Asociación del canal les ha pillado haciendo trampas.
Yo siguiendo la política del Alcalde propongo:
Peatonalizar todo Bilbao, mandar a todos los comercios a Megapark, construir tres campos de fútbol más como el nuevo San Mamés, levantar badenes cada 50 metros en todas las calzadas, no ampliar el metro y sí el tranvía a todos los barrios, demoler el puente de La Salve, abrir y cerrar zanjas 5 veces en 2 semanas en el mismo lugar y multar a todos los vecinos de los barrios a las 2 de la madrugada por aparcar el coche en el monte...
Ah, perdón. Que me comentan que todo esto ya se está haciendo o se llevará a cabo en breve plazo.
Por cierto. Los pisos de VPO serán para los que cobren un mínimo de 90.000 euros anuales...
http://www.20minutos.es/entrevistas/inaki-azkuna/215
4-5-2010 La plaza de Arriquibar y la Alhóndiga. Despilfarrando el dinero
15-4-2010 Gabinete Azkuna. Tramposos con San Ignacio y con Bilbao
De su nefasta política de ensanchar aceras y construir aparcamientos ejemplares como el de La Peña (con su polideportivo con piscina agrietada ad hoc) no dice nada.
O la cazada que le ha pegado al consistorio la asociación El Canal a cuenta de la urbanización de Zorrozaure. 60.000 euros se ha gastado la Asociación en pleitear. Todo un ejemplo de la democracia de David y Goliath.
De obras absurdas y despilfarros cotidianos tampoco da cuenta. El último en esa singular y eterna obra de la Alhóndiga.
Tampoco habla de lo que pintan 15.000 viviendas vacías en Bilbao y por qué son de las más caras de todo España.
Y oye, cierta gente le pregunta sobre la bandera española en la fachada de la casa consistorial, de si se siente español o qué le parece que la selección española de balompìé venga a jugar a San Mamés (no se si el actual o esa nuevo estadio tan molón). Asuntos de capital importancia, desde luego. Si ponen la bandera de las Islas Feroe y la ciudad va a mejorar la eficacia en la aplicación de sus presupuestos municipales yo encantado ¿eh? Ya están tardando en izarla, mirusté...
Yo repito el comentario que dejé en esa misma entrada del gratuito:
A ver.
Derribar el Viaducto de Sabino Arana significa que 40.000 vehículos (de los 80.000 que entran diaramente) tendrán que dar vueltas para poder acceder por otras partes.
Promocionar el transporte privado da mucho dinero. Por eso se gastan 1.700 millonazos de euros en la Supersur.
El Garaje y polideportivo de La Peña preciosos.
La Alhóndiga gastos y despilfarros sin fin. El último la anulación de la calzada de la plaza Arriquibar y sustituirlo por asfaltado normal.
La Asociación del canal les ha pillado haciendo trampas.
Yo siguiendo la política del Alcalde propongo:
Peatonalizar todo Bilbao, mandar a todos los comercios a Megapark, construir tres campos de fútbol más como el nuevo San Mamés, levantar badenes cada 50 metros en todas las calzadas, no ampliar el metro y sí el tranvía a todos los barrios, demoler el puente de La Salve, abrir y cerrar zanjas 5 veces en 2 semanas en el mismo lugar y multar a todos los vecinos de los barrios a las 2 de la madrugada por aparcar el coche en el monte...
Ah, perdón. Que me comentan que todo esto ya se está haciendo o se llevará a cabo en breve plazo.
Por cierto. Los pisos de VPO serán para los que cobren un mínimo de 90.000 euros anuales...
http://www.20minutos.es/entrevistas/inaki-azkuna/215
4-5-2010 La plaza de Arriquibar y la Alhóndiga. Despilfarrando el dinero
15-4-2010 Gabinete Azkuna. Tramposos con San Ignacio y con Bilbao
Juan Carlos de Borbón volverá a su "duro" trabajo en unos días
Ni listas de espera ni leches... Yo creo que hasta una hipotética mamografía se la harían en 10 minutillos. Un siglo de estos se harán públicos los gastos de los inquilinos de La Zarzuela.
06 mayo 2010
Juan Francisco Martín Seco: La trastienda de la crisis
Juan Francisco Martín Seco: La trastienda de la crisis. Lo que el poder
económico quiere ocultar
Más allá de las hipotecas subprime, hay que preguntarse cuál ha sido la
causa última de esta crisis que ha hecho tambalearse el sistema económico.
La explicación hay que buscarla en la paradoja de la libertad. La libertad
llevada al límite se destruye a sí misma. Durante los últimos treinta
años, el neoliberalismo ha pretendido instaurar en el campo económico la
libertad sin cortapisas. Se ha llamado globalización pero, en realidad
—como explica con claridad Martín Seco— es tan sólo el intento de las
fuerzas económicas, a las que eufemísticamente se denomina mercados, por
imponer su ley en la sociedad, independizándose del control del poder
político democrático.
Se ha comparado esta crisis con la del año 29. Es lógico. Cuando se
construye sobre los mismos presupuestos se llega a idénticos resultados.
Sin cambiar en profundidad el sistema estaremos condenados a sufrir
periódicamente crisis similares.
Juan Francisco Martín Seco (Madrid, 1944) ha sido profesor de Introducción
a la Economía, de Teoría de la Población y de Hacienda Pública. Asimismo
pertenece a los Cuerpos de Interventores y Auditores del Estado y al de
Inspección de Entidades de Crédito y Ahorro del Banco de España. Ha
desempeñado, entre otros, los cargos de Interventor General de la
Administración del Estado y de Secretario General de Hacienda. Articulista
en distintos diarios y revistas, actualmente colabora en el periódico
Público. Entre sus obras cabe destacar: ¡La economía, estúpidos, la
economía! (1993), Como la piel del camaleón (1994), La farsa neoliberal
(1995), La pinza (1997) y Réquiem por la soberanía popular (1998).
Publicado
25/03/2010
ISBN
978-84-8307-863-1
EAN
9788483078631
Páginas
272 pgs.
P.V.P.22,90€
Formato
Rústica con solapas
15x23 cm.
http://www.edicionespeninsula.com/es/llibre/la-trastienda-de-la-crisis_11845.html
económico quiere ocultar
Más allá de las hipotecas subprime, hay que preguntarse cuál ha sido la
causa última de esta crisis que ha hecho tambalearse el sistema económico.
La explicación hay que buscarla en la paradoja de la libertad. La libertad
llevada al límite se destruye a sí misma. Durante los últimos treinta
años, el neoliberalismo ha pretendido instaurar en el campo económico la
libertad sin cortapisas. Se ha llamado globalización pero, en realidad
—como explica con claridad Martín Seco— es tan sólo el intento de las
fuerzas económicas, a las que eufemísticamente se denomina mercados, por
imponer su ley en la sociedad, independizándose del control del poder
político democrático.
Se ha comparado esta crisis con la del año 29. Es lógico. Cuando se
construye sobre los mismos presupuestos se llega a idénticos resultados.
Sin cambiar en profundidad el sistema estaremos condenados a sufrir
periódicamente crisis similares.
Juan Francisco Martín Seco (Madrid, 1944) ha sido profesor de Introducción
a la Economía, de Teoría de la Población y de Hacienda Pública. Asimismo
pertenece a los Cuerpos de Interventores y Auditores del Estado y al de
Inspección de Entidades de Crédito y Ahorro del Banco de España. Ha
desempeñado, entre otros, los cargos de Interventor General de la
Administración del Estado y de Secretario General de Hacienda. Articulista
en distintos diarios y revistas, actualmente colabora en el periódico
Público. Entre sus obras cabe destacar: ¡La economía, estúpidos, la
economía! (1993), Como la piel del camaleón (1994), La farsa neoliberal
(1995), La pinza (1997) y Réquiem por la soberanía popular (1998).
Publicado
25/03/2010
ISBN
978-84-8307-863-1
EAN
9788483078631
Páginas
272 pgs.
P.V.P.22,90€
Formato
Rústica con solapas
15x23 cm.
http://www.edicionespeninsula.com/es/llibre/la-trastienda-de-la-crisis_11845.html
PPSOE. Un mismo partido con dos caras
Y si a eso sumamos las cacicadas de los nacionalismos y una ley electoral injusta obtendremos como resultado la dictadura de la partitocracia.
La Justicia, la Sanidad, la venta de empresas públicas al sector privado, duplicidades institucionales en las autonomías...
Habla alguien importante y hay 9 cadenas de televisión filmando para el mismo partido.
La Justicia, la Sanidad, la venta de empresas públicas al sector privado, duplicidades institucionales en las autonomías...
Habla alguien importante y hay 9 cadenas de televisión filmando para el mismo partido.
04 mayo 2010
La plaza de Arriquibar y la Alhóndiga. Despilfarrando el dinero
Si todavía queda algún inocente que duda del despilfarro que se hacen con los dineros que todos ponemos de nuestro bolsillo, aqui hay otro flagrante ejemplo más.
¿Que hay responsables? Seguro. ¿Que van a dimitir? Tal vez. ¿Que puedan pasar a a estar en mejor situación económica y laboral tras una posible dimisión? Uy...
4-5-2010
El Correo
Edición Vizcaya
LUIS GÓMEZ BILBAO
Levantan el pavimento de Arriquibar dos semanas después de terminarlo
El Ayuntamiento aduce que el mortero impreso con que se revistió el suelo «estaba dañado» y decide asfaltar el firme
A menos de quince días para la inauguración de AlhóndigaBilbao, la zona contigua a la plaza Arriquibar por la que circulan a diario miles de vehículos continúa inmersa en obras. Los operarios encargados de la urbanización del entorno del viejo almacén de vinos despertaron el pasado domingo a numerosos vecinos de Indautxu con los ruidos de las rozadoras. Los trabajadores se metieron en faena desde primeras horas de la mañana y comenzaron a levantar el suelo que habían terminado de pavimentar sólo dos semanas antes. Aprovecharon la baja densidad circulatoria para poner patas arriba la zona y reasfaltar el firme «causando las menores molestias a los ciudadanos».
Bajo la supervisión de Philippe Starck, la apertura de AlhóndigaBilbao, prevista para el 18 de este mes, ha cuidado hasta el último detalle la estética, tanto interior como exterior, de un edificio con el que se pretende revolucionar la vida cultural, social y deportiva de la ciudad. Por eso, el Ayuntamiento y el arquitecto francés optaron por adecuar la urbanización de las calles que rodean el histórico inmueble -Alameda de Urquijo, Iparraguirre, Alameda Recalde y Fernández del Campo- a las directrices de una restauración basada en la sobriedad.
En medio de ese entorno, la plaza Arriquibar jugó un papel estratégico que Starck supervisó de forma personal para integrarla en el resto del conjunto arquitectónico. De forma casi artesanal, los operarios, martillo en mano, comenzaron a revestir el suelo de estas cuatro arterias a mediados del pasado marzo con mortero impreso, «como si estuvieran cubiertas de 2.000 metros cuadrados de grandes alfombras y 5.500 de otra textura». El interiorista galo pretendía extender al resto del lugar el «ambiente acogedor y doméstico» del centro cultural.
Como losetas
El pavimento especial elegido por el departamento de Obras y Servicios se asemejaba a los elegantes empedrados que jalonan los cascos históricos de numerosas ciudades. El diseño recibió el aplauso de numerosos transeúntes gracias al efecto trampantojo, ya que el suelo parecía revestido, aparentemente, de losetas que recordaban a las viejas baldosas que se pisaban antaño en la villa.
Sin embargo, la sorpresa ha durado bastante menos de lo esperado y obligado al Consistorio a recular. Responsables del área que dirige José Luis Sabas admitieron que el mortero impreso empleado en las obras estaba «dañado», por lo que «no alcanzaba» los niveles «suficientes» de calidad técnica de edificación. Al tratarse de un material «deteriorado», la adjudicataria decidió utilizar, tras recibir el permiso del Ayuntamiento, otra clase de masa que no permitía, sin embargo, la realización de las «formas, colores y dibujos» de la usada en un principio.
El mortero impreso retirado tampoco cumplía los parámetros de «resistencia» para «soportar» la elevada carga de tráfico que sufre la zona. «No había, en cambio, ningún problema para garantizar el tránsito peatonal», zanjaron portavoces municipales.
¿Que hay responsables? Seguro. ¿Que van a dimitir? Tal vez. ¿Que puedan pasar a a estar en mejor situación económica y laboral tras una posible dimisión? Uy...
4-5-2010
El Correo
Edición Vizcaya
LUIS GÓMEZ BILBAO
Levantan el pavimento de Arriquibar dos semanas después de terminarlo
El Ayuntamiento aduce que el mortero impreso con que se revistió el suelo «estaba dañado» y decide asfaltar el firme
A menos de quince días para la inauguración de AlhóndigaBilbao, la zona contigua a la plaza Arriquibar por la que circulan a diario miles de vehículos continúa inmersa en obras. Los operarios encargados de la urbanización del entorno del viejo almacén de vinos despertaron el pasado domingo a numerosos vecinos de Indautxu con los ruidos de las rozadoras. Los trabajadores se metieron en faena desde primeras horas de la mañana y comenzaron a levantar el suelo que habían terminado de pavimentar sólo dos semanas antes. Aprovecharon la baja densidad circulatoria para poner patas arriba la zona y reasfaltar el firme «causando las menores molestias a los ciudadanos».
Bajo la supervisión de Philippe Starck, la apertura de AlhóndigaBilbao, prevista para el 18 de este mes, ha cuidado hasta el último detalle la estética, tanto interior como exterior, de un edificio con el que se pretende revolucionar la vida cultural, social y deportiva de la ciudad. Por eso, el Ayuntamiento y el arquitecto francés optaron por adecuar la urbanización de las calles que rodean el histórico inmueble -Alameda de Urquijo, Iparraguirre, Alameda Recalde y Fernández del Campo- a las directrices de una restauración basada en la sobriedad.
En medio de ese entorno, la plaza Arriquibar jugó un papel estratégico que Starck supervisó de forma personal para integrarla en el resto del conjunto arquitectónico. De forma casi artesanal, los operarios, martillo en mano, comenzaron a revestir el suelo de estas cuatro arterias a mediados del pasado marzo con mortero impreso, «como si estuvieran cubiertas de 2.000 metros cuadrados de grandes alfombras y 5.500 de otra textura». El interiorista galo pretendía extender al resto del lugar el «ambiente acogedor y doméstico» del centro cultural.
Como losetas
El pavimento especial elegido por el departamento de Obras y Servicios se asemejaba a los elegantes empedrados que jalonan los cascos históricos de numerosas ciudades. El diseño recibió el aplauso de numerosos transeúntes gracias al efecto trampantojo, ya que el suelo parecía revestido, aparentemente, de losetas que recordaban a las viejas baldosas que se pisaban antaño en la villa.
Sin embargo, la sorpresa ha durado bastante menos de lo esperado y obligado al Consistorio a recular. Responsables del área que dirige José Luis Sabas admitieron que el mortero impreso empleado en las obras estaba «dañado», por lo que «no alcanzaba» los niveles «suficientes» de calidad técnica de edificación. Al tratarse de un material «deteriorado», la adjudicataria decidió utilizar, tras recibir el permiso del Ayuntamiento, otra clase de masa que no permitía, sin embargo, la realización de las «formas, colores y dibujos» de la usada en un principio.
El mortero impreso retirado tampoco cumplía los parámetros de «resistencia» para «soportar» la elevada carga de tráfico que sufre la zona. «No había, en cambio, ningún problema para garantizar el tránsito peatonal», zanjaron portavoces municipales.
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