Claro que si. Esta madrugada en RNE 1, llamaba un oyente diciendo que si fuésemos Botín, nos daría igual lo que le pasase a la gente.
Yo soy de los tontos. Y no. No quiero ni puedo ser Botín. No le envidio. No me gusta robar a la gente. Es que da asco. Huele mal. Y sus amiguitos en la maquinaria de los gobiernos de las últimas décadas, peor.
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