Recalde. Barrio mareado

Me parecería de muy mal gusto obsequiar a los lectores con la noticia que precede a este artículo de opinión de Pablo Martínez Zarracina.
Teresa Abajo firma el artículo El Gobierno vasco encarga el primer estudio para llevar el metro a Rekalde.
Artículo que forma parte de la larga crónica de la famosa promesa electoral de la línea 3 de Metro Bilbao. Ocharcoaga - Recalde ¿recuerdan ustedes?
Promesa estrella ilusionante del gabinete Azkuna hace ya alrededor de 6 años. ¿Y cómo está la cosa? Se podría decir que igual que cuando redacto el programa electoral municipal.
Seguro, seguro nada de nada. Como dice Zarracina la culpa es de los elementos.
Para quien desconozca por qué se suprimió la lógica rotonda de la plaza Zabálburu pues que sepa que por ese extraño trazado es por el que se supone circulará el tranvía que vaya hasta Recalde.
No me extenderé sobre la problemática que el despilfarro del tranvía supone, si es que al final llega el metro también a este populoso barrio. Esto se llama duplicidad. Y negocio también. Que se lo pregunten a Euskotren.

22-9-2008
El principio del comienzo
PABLO MARTÍNEZ ZARRACINA
El que la sigue la consigue, sobre todo si uno es vecino del barrio de Rekalde. Eso es lo primero que se nos viene a la cabeza al saber que el Gobierno Vasco ha adjudicado el estudio inicial de la Línea 4 del metro. Tras años de movilizaciones vecinales y tejemanejes políticos, parece que el proyecto comienza a dibujarse en lontananza. Habrá metro en Rekalde. O quizá no, quién sabe. Como para fiarse después de todas las vueltas que ha dado el asunto, muy especialmente durante los convulsos periodos electorales. A lo largo de los últimos años, más de una vez hemos experimentado la sensación de que en Rekalde esperaban la llegada del ferrocarril metropolitano como esperan en Portugal el regreso del rey Sebastián o en Memphis la resurrección de Elvis.
Sin embargo, parece que ahora tal vez sí. La adjudicación del estudio básico es el principio del comienzo del prólogo de la fase inicial. O sea, que es poca cosa, un aperitivo ligero, pero también es mejor que nada. Eso es lo que deben pensar, sin duda, los vecinos de Rekalde que el pasado mes de abril volvieron a manifestarse exigiendo que el metro llegue a su distrito. Parece que todo comienza a pintar mejor para ellos, aunque habrá más de uno temiéndose que eso de hacer un estudio no sea más que la versión administrativa de hacer un regate.
Tendremos tiempo de ver si la tramitación que ahora comienza es la definitiva. Mucho tiempo. Hay que tener en cuenta que, tras el estudio inicial, habrá que hacer un informe y, tras el informe, un proyecto. Ignoramos si después del proyecto será necesario realizar un dossier y más tarde una evaluación seguida de un expediente. Entre una cosa y otra, pasarán años. Después, si todo va bien, llegará la hora de las excavadoras. Eso en teoría, claro.

Un camino tortuoso
Acabamos de enterarnos de que las obras de la Línea 3 deberían haber empezado en junio y, a día de hoy, ni siquiera han sido adjudicadas. El Gobierno vasco achaca el retraso a «cuestiones administrativas», lo que viene a ser como echarle la culpa un poco a los elementos y otro poco a la mala suerte. De cualquier modo, nos dicen que se inicia el camino que llevará el metro a Rekalde. Apuesten a que será largo y tortuoso, incluso más que el de aquella canción tan bonita e inolvidable de los Beatles.

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