Una píldora de desahogo de un ciudadano corriente y moliente ante la desidia y el despilfarro institucional

08 octubre 2006

Doctor Areilza un viernes por la tarde


Con tanta baldosa a cuenta del ensanchado sin tregua de nuestras bilbaínas aceras asi pintaba el viernes 29 de septiembre la calle donde nunca se ve sin que ella se ejecute obra alguna. Y es que ya desde el nacimiento de esta bitácora ya figuraba esta calle en sus entradas. El 23-11-2005 en la entrada Las baldosas se mueven descubrimos la habilidad de los operarios colocando las mismas en la dichosa calle y el 28-4-2006 podemos deleitarnos con el quehacer constante de los obreros en la calle de marras en la entrada Quito, pongo, quito, pongo...
Es el baile de una moda ya muy vista pero perenne que nos tiene a todos tan entretenidos y alejados de tedio.

3 comentarios:

Imanol dijo...

Lo del ensanchado de las aceras tiene su gracia... queda muy bonito, pero en realidad debe de ser una estrategia del ayuntamiento para dejarnos sin aparcamiento a los residentes de Bilbao, y que así no nos quede más remedio que comprar las licencias esas para poder usar durante 50 años una de esas plazas subterráneas de garaje por tropecientos millones. Un negociete más.

krollian dijo...

imanol:
No es ninguna hipótesis. La estrategia recaudatoria por medio del ensanchamiento de aceras en las calles del centro y de los barrios es una palpable y palmatoria realidad. Y si no se ensanchan pues se peatonalizan, oyes. Y mira que queda bonito ¿eh? Y mientras tanto todos a pagar garajes, multas o lo que se tercie.
Y si la cosa es ante todo y sobretodo práctica que le pregunten al Dr. Usparicha de la DYA. Podría contar unas cuantas cosas más que interesantes...

Anónimo dijo...

Y no sólo a Usparicha...también a los conductores de autobuses urbanos, transportistas, repartidores, comerciales y en general a todos los que tienen que trabajar en la ciudad con un vehículo de cuatro ruedas como herramienta principal.

Luego el "Liberalísimo" dice que Bilbao es una ciudad de servicios...lo que es es una contradicción kafkiana, puesto que no puede ser una ciudad de servicios que luego obstaculice a quien trabaja por proporcionarlos.