El pedrisco

Como este pedrisco que cayó hace una semana en Bilbao es el que sufren los bilbaínos y bilbainas cada día. Pedrisco en forma de permanente atasco. Me acuerdo hace algunos años que a media mañana te desplazabas por cualquier lugar de Bilbao con una facilidad y comodidad sorprendentes si comparamos hoy día las circunstancias circulando por los mismos lugares.
Esta foto está sacada en la calle Ercilla. El jueves 6 de Julio de 2006. La hora a las 13:40. Y se supone que unos cuantos y una cuantas ya están de vacaciones. Y asi todos los días.
Caminando cerca de esa calle una señora que se encontraba esperando al autobús me preguntó si sabía cuando pasaría tal línea. Le dije que era transporte público. Que no importaba cuanto tiempo hacía que pasó el último o con que frecuencia se supone que debía pasar. Que en cuanto lo viera se subiese a él y punto. Se muy bien lo que es desesperarse esperando, lloviendo, con frío o friéndote como un pollo. Y luego tardar una eternidad rebozado en humanidad y gente que parece que no se ha subido en su vida a un autobús, para llegar finalmente a tu destino y salir pitando a tu casa para poder llevar a cabo tus asuntos. Y es que eso de sentarse al final para bajar 2 paradas después o meter el Creditrans 5 veces seguidas mal, o rebuscar céntimos en el monedero después de estar 15 minutos esperando en la parada y no tener el importe del billete preparado, cansa mucho y agota la paciencia de cualquiera. ¿Para cuando el monumento al conductor del autobús urbano, Sr. Azkuna?