Una píldora de desahogo de un ciudadano corriente y moliente ante la desidia y el despilfarro institucional

18 agosto 2006

Bilbobús. Sin acritud.



Mira que hay rachas, días gafes, temporadas grises... Para todo y para todos. Pero sin duda alguna llama la atención que en 3 días 2 incidentes se relacionen con el mismo término: Bilbobús. Y es que ya es mala suerte ¿o no?
Antes que nadie se lleve a engaño, yo aqui, ahora y siempre he defendido la ardua tarea de los conductores de autobús. Bilbobús, Bizkaibús, escolares, particulares y lo que haga falta. Hay que tener una madera especial para ser conductor de autobús urbano. Yo he visto de todo. Y cada día que pasa las condiciones en las que estos profesionales tienen que trabajar son mas desagradables, por no utilizar términos mas gruesos pero que seguramente serán mas fieles.
Las barrabasadas que hace este admirado consistorio junto con la Diputación de Vizcaya hacen que los trayectos sean mas sinuosos, tediosos, largos, agobiantes y hasta peligrosos. Tanta acera, tanto bulevar de diseño, tanta peatonalización absurda, tanto tranvía, tantas curvas que dejan la calzada en mera anécdota habida cuenta de aceras que parecen para jugar a baloncesto –tal es su anchura– pues traen como consecuencia, que conducir cualquier vehículo por las cada vez más escasas calles que están habilitadas para el tráfico rodado en Bilbao, sea una auténtica odisea. Pues para un autobús, ni te cuento.
Así, a botepronto se me ocurren situaciones que procuran el entretenimiento de los que están al volante de esos vehículos más largos que un turismo:
Coches que aunque vayan a 10 km/h aceleran en cuanto un autobús sale de su parada, listillos que aparcan en medio de una parada, listillos que pretenden pasar por donde no caben obligando al accidente o al frenazo, obras a todas horas y en tantas calles que uno no sabe si está en un parque temático en medio de una montaña rusa y sin bolsitas para el mareo o en una ciudad que presume de moderna.
Y otro tanto para los bilbainitos:
La señora que se tira 20 minutos esperando el autobús y cuando llega se pone a buscar céntimos hasta juntar el importe del viaje, habilidosos y habilidosas que meten varias veces el creditrans por el lado equivocado, maleducados que se cuelan en la cola y pretenden ser los primeros cuando llevas más de un cuarto de hora esperando, gente perfectamente sana que coge el autobús para bajarse en la siguiente parada que está a 200 metros...
No se, no se pero es que como decía el otro «hay gente pa tó».
Esperemos que el asunto mejore, pero me temo que tal y como pinta la cosa más zancadillas irán poniendo las instituciones persiguiendo el objetivo de lograr una “ciudad “mas amable”. A mi, personalmente Bilbao no me ha faltado nunca el respeto, pero sus gestores me retan a que si se lo pierda. Y es que se lo toman con mucha perseverancia. Sus hechos lo demuestran. Claro que no siempre se salen con la suya como en la entrada del 30-5-2006 Me duele el cuello y no gano para amortiguadores.
Yo no se en que piensan algunos, pero hasta que no haces ruido como en la entrada del 13-6-2006 Tranvía a Recalde. En 6 meses pistoletazo a las obras, nada de nada.

19-8-2006
Diario El Correo
Edición Vizcaya
Octavio Igea/Bilbao
Cinco heridos al embestir un bilbobus a otro que cedía el paso en un cruce
El conductor del vehículo golpeado sostiene que el otro autocar no respetó la distancia de seguridad
Cinco viajeros resultaron heridos ayer de diversa consideración en una colisión por alcance en la que se vieron implicados dos bilbobuses en la calle Hurtado de Amezaga. Tres de los heridos tuvieron que ser evacuados a diferentes hospitales con golpes y dolores cervicales. Es el segundo accidente con heridos que protagonizan los autobuses del servicio urbano en apenas 24 horas.
Los hechos se produjeron sobre las seis de la tarde en la parada que el transporte público tiene a la altura del número 22 de la citada vía. En ese momento, una de las unidades, que reanudaba la marcha en dirección a Zabalburu, tuvo que frenar para ceder el paso a los vehículos que se incorporaban por la calle Lutxana. El autobús que venía por detrás no pudo frenar a tiempo de evitar el golpe.
Un hombre y dos mujeres -ambas vecinas de Bilbao e identificadas como M.C.P.M., de 50 años, y P.S.V., de 84- fueron trasladados a diferentes centros sanitarios con cortes y problemas de espalda. Los otros dos contusionados, tras ser examinados por los sanitarios de las ambulancias, no precisaron mayor asistencia. Según el testimonio del conductor que sufrió la embestida, la hipótesis más probable sería que el bilbobus que circulaba por detrás «no respetó la distancia de seguridad exigida».

Situación «inadmisible»
La víspera de que se produjera este siniestro, otro autobús urbano sin control se llevaba por delante dos kioscos y causaba heridas a una mujer en la plaza Indautxu, destrozando una barandilla horas antes de la inauguración del recinto. Tras el incidente, el portavoz del PP en el Ayuntamiento, Antonio Basagoiti, recordaba que en los últimos siete meses se han producido tres accidentes de Bilbobus cuyas causas siguen sin aclararse. Basagoiti calificó la situación de «inadmisible» y anunció que su grupo solicitará la comparecencia de la concejala de Circulación, Ibone Bengoetxea, para que dé explicaciones al respecto.

20-8-2006
Diario El Correo
Edición Vizcaya
Ainhoa de las Heras/Bilbao
a.delasheras@diario-elcorreo.com
«Pensé: 'No salimos vivos del autobús'»
Una viajera, que resultó herida junto con sus dos hijos de ocho meses y cinco años por un frenazo en un bilbobus, denuncia al chófer por conducción temeraria e insultos
«Fueron los diez minutos más horribles de mi vida». Ana García González recuerda el último martes y 13, el pasado mes de junio, como si fuera ayer. Aquel día vivió un amargo episodio que nunca debió de producirse y que terminó con ella y sus dos hijos de siete meses y cinco años en el hospital, y con una denuncia ante el Juzgado de Guardia contra un conductor de autobús. Desde entonces, el mayor de los niños «siempre quiere ir andando». Recientemente, la vecina de Ibarrekolanda ha recibido una carta del Ayuntamiento de Bilbao, que oficialmente no se ha pronunciado, en la que se le informa de que el área de Circulación y Transportes ha abierto un expediente para investigar un incidente que ella recuerda casi al detalle.
Usuaria habitual de la línea 71 de Bilbobus Miribilla-San Ignacio, aquel día esperaba en la parada de la plaza de La Salve alrededor de las nueve de la noche para regresar a casa. Llevaba una 'sillita' de bebé y una furgoneta mal estacionada dificultaba su acceso al autocar, de forma que pidió al chófer que moviera un poco el vehículo, a lo que éste se negó «de muy malas maneras». Ana «no le había visto nunca antes». Después, se enteró de que solía cubrir otro trayecto.
«Por no discutir, como soy muy tímida, subí por delante». Un viajero salió en su defensa y el conductor «se puso como un loco con él, le llamó de todo. Entonces yo le dije que, encima de que había actuado mal, debería callarse, y comenzó a insultarme a mí también». La mujer, que empujaba un carrito y tiraba de otro niño, prefirió no responder y se colocó en la zona central del autocar. «Como iba con mis hijos tenía miedo de su reacción, estaba fuera de sí». Entonces, otros pasajeros «le plantaron cara, pero yo les pedí que por favor no le dijeran nada». Según la denuncia de Ana García ante la Ertzaintza, el chófer «soltó las manos del volante y empezó a dar puñetazos gritando: «¿estáis todos locos, así no hay quien conduzca!». A cada minuto «se alteraba un poco más. Los niños no paraban de llorar». De repente, «pegó un frenazo adrede y amenazó con tirar el autobús a la ría», recuerda la denunciante.

Un «huevo» en la frente
Debido a la brusca maniobra, la mujer cayó al suelo, su hijo mayor se torció una mano y el pequeño se golpeó contra una barra, lo que le provocó un «huevo» en la frente. «El chófer ni siquiera nos preguntó qué tal estábamos» y siguió la marcha, se duele aún. Apenas habían recorrido unos metros desde que se montaron, pero Ana apretó el botón de apertura automática de la puerta, que no funcionaba. «Sólo pensaba que no salíamos vivos de aquel autobús. Algunas personas llamaban desde sus teléfonos móviles a la Ertzaintza». La mujer, «histérica, se apeó con sus hijos en la primera parada, en la avenida de las Universidades. También se bajó un matrimonio para ayudarla. Una vez en la calle, «le llamé de todo, le dije que le iba a denunciar y le advertí de que mejor que no le pasara nada a mi hijo...».
Una patrulla de la Policía Municipal les llevó al hospital, donde les hicieron un parte de lesiones. El bebé presentaba un «traumatismo craneoencefálico»; el otro niño, un «esguince de nudillos» y ella, «una vértebra torcida». «Si el hombre está mal, que no trabaje, pero lo pagó con quien menos debía».

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Sobre todo este tema, hay mucha tela qué cortar...y trataré de pegar algunos tijeretazos.

A mí lo que me parece más grave de todo esto es la falta de respuesta del ayuntamiento a los ciudadanos. Dicen que quien calla, otorga, y parece ser que con esto los hombres del Liberalísimo nos están dando la razón a quienes denunciamos lo del desmesurado tamaño de las aceras a la hora de obstaculizar la circulación .No sólo de los particulares que religiosamente pagamos un caro impuesto sobre el particular, sino también al transporte público y los servicios de urgencia.

Yo, como siempre, hablo como conductor que sólo muy ocasionalmente uso mi coche por la ciudad, en caso de verdadera necesidad o urgencia. Y en más de una ocasión, detrás de las entradas de Krollian, me he referido a este tema.
Por esto mismo, por esa mi experiencia, lo de los "listillos" que ocupan las paradas me parece relativo.
Cierto es que los hay, pero cierto es también que hay larguísimas zonas de la ciudad, como por ejemplo la avenida Lehendakari Aguirre en sentido San Ignacio-Bilbao, donde, como no dispongas de un todoterreno, no puedes hacer una mínima parada por una urgencia, a no ser, claro, que invadas las paradas del bus. Parte de esos supuestos "listillos" son repartidores, comerciales y gente que trabaja con su vehículo, igual que los chóferes de bus, y otra pequeña parte somos los que, por ejemplo, hemos tenido que acudir de urgencia a la farmacia de la Sagrada Familia, estando ésta de guardia.

Sobre el tema de introducir correctamente o no el Creditrans en las canceladoras de los autobuses, honestamente creo que los conductores o la empresa podían facilitar mucho la labor colocando un bono usado pegado con cinta adhesiva sobre la canceladora, mostrando la forma correcta de introducirlo. Porque es completamente diferente a la de las canceladoras del metro, y es normal que muchos nos equivoquemos, y me incluyo.
Esta medida tan fácil en teoría sólo la he visto hasta el momento en un único bus, y creo que no costaría nada extenderla a todas las unidades...sólo hace falta un creditrans inservible y varios trozos de "celo".

krollian dijo...

Si que está la cosa fina con el Bilbobús. Mas que incidentes y/o accidentes esto ya parece un complot. La noticia de hoy de El Correo es que a uno le deja perplejo. Un listillo haciendo su maniobra y el autobús que espere ¿no?
Contaré una anécdota que me relató un conductor de Continental-Auto en su recorrido Madrid - Bilbao hace unos meses.
«Iban en un cochazo negro totalmente “tuneao” dos ocupantes que me adelantaban una y otra vez. Yo pensaba que iban hablando con el móvil con algún pasajero o pasajera y hasta ahí, pues bueno. No pasa nada. Pero en un momento dado ya me hicieron una “pirula” que no me gustó nada asi, que llamé a la Guardia Civil. Al llegar a Lerma vió a dos niñatos fuera del coche y se enteró que no tenían ni carnet».

22-8-2006
Diario El Correo
Edición Vizcaya
La maniobra incorrecta de un coche obliga a frenar a un bilbobus y causa siete heridos
Siete pasajeros de una unidad de Bilbobus sufrieron diversas lesiones el pasado domingo después de que un coche se cruzase en el camino del autobús en la plaza Moyua y le obligase a frenar bruscamente. Los hechos ocurrieron pasadas las nueve y media de la noche, según han informado fuentes de la DYA, la Policía Municipal y la propia compañía de autobuses. A esa hora, una unidad de Bilbobus entró en la céntrica plaza bilbaína procedente de la Gran Vía y con dirección a la Alameda Rekalde. En ese momento, un coche que rodeaba la plaza Moyua trató de meterse hacia la calle Ercilla, cruzándose en el camino del autobús. La maniobra hizo que el conductor del autocar se viera obligado a frenar bruscamente para evitar la colisión.
Al lugar se desplazaron efectivos de la Policía Municipal y de la DYA. Siete personas resultaron heridas y dos de ellas, ambas mujeres, fueron trasladadas al hospital de Basurto: una con dolores en el cuello y la otra con un golpe en la cabeza. Tras el incidente, el autobús continuó su marcha y el servicio se restableció sin mayores problemas.

Anónimo dijo...

De todo hay en la viña del señor Paternina, Krollian, entre los conductores de coches, de autobuses, de motos, de bicis y entre los peatones también.

Hablando de transportes interurbanos, yo el mes pasado las ví de todos los colores con el individuo que conducía el autobús de línea que me llevó de Córdoba a Marbella ( Málaga ).
El autocar estaba mayoritariamente ocupado por personas mayores que bajaban a las localidades playeras malagueñas a pasar las vacaciones. Y el tío empezó ya "bien" en la propia estación de Córdoba.
Mientras el pasaje se acababa de acomodar en el autobús, acompañó a una señora a las taquillas a solventar una incidencia con su billete...pero no tuvo otra ocurrencia que cerrar mientras tanto la puerta de entrada y salida de viajeros. En el vehículo quedaron "encerradas" personas que habían subido únicamente a ayudar a sus mayores a acomodarse. Ante la tardanza del conductor en regresar, otro familiar de los anteriores que quedó en el andén a su espera, abrió la puerta con la manilla de emergencia...y tuvo que aguantar los malos modos del sujeto. El "infractor", ante sus amenazas de denunciarlo, muy tranquilamente tomó nota de sus datos y los del autobús.
Yo conozco algo la ley al respecto, y que yo sepa, nadie puede retener a nadie contra su voluntad, salvo la Policía. Luego esa puerta tenía que haber quedado abierta.
Durante el trayecto hacia Málaga, el conductor pegó más de un frenazo grande ante rotondas, por distracción, extendiendo el miedo entre un pasaje, como digo, mayoritariamente de gente mayor. Y en las varias paradas que hizo en las localidades costeras entre Málaga y Marbella, una vez que habían bajado y/o subido viajeros, hizo lo que en Córdoba, cerrar a cal y canto la puerta del autobús.
Por lo visto, si a alguno de los viajeros le pasaba algo o se ponía enfermo...había que sacarlo a base de martillazos a la ventana de socorro, o por la trampilla del techo.

A mi llegada a Marbella, la gente que me esperaba me dijo que la empresa que cubre el servicio, PORTILLO, cuenta con bastantes denuncias por prestarlo mal. Pero que hay "unte" a las autoridades locales y provinciales para que se mantenga la concesión.