Azkuna se enfrentaba en fechas recientes (durante el comienzo de la Semana Grande bilbaína) a un repartidor hecho un basilisco (perdón, un oso) que le reclamaba las 13 multas que le ha puesto en una sóla mañana.
Hecho que demuestra lo eficaz que es el Gabinete Azkuna para recaudar dinero para despilfarrarlo después en gastos absurdos...
Poner una barandilla en un barrio que se reclama desde hace lustros... ¡puede esperar!
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