30-12-2005
Diario El Correo
Itxaso Urrestizala escribe «en nombre de varios comerciantes y trabajadores de la zona entre la plaza Campuzano y Doctor Areilza, que estamos sufriendo las obras del parking. Yo, como comerciante, no tengo posibilidad de adquirir una plaza, con lo cual esto no me beneficia nada, ni tampoco a nuestros clientes, porque sólo tienen derecho al aparcamiento los residentes. Me gustaría solicitar que durante el tiempo que duren las obras no tener que pagar impuestos, contribuciones o las luces de Navidad, que a pesar de que no pasa nadie, las hemos puesto. Comprendo que en la misma situación están los comerciantes de Zabalburu, Jado, Pozas, Arenal, etc, y que así estuvieron los de Areilza y otros sitios. No dudo de que quedará genial. El problema es que igual ya no estamos aquí para verlo, porque a este paso cerrarán varias tiendas. También quiero puntualizar que para el tamaño que tiene dicha obra me parece que hay poca gente trabajando, con lo cual deduzco que en lugar de dos años y medio serán cinco».
Pues si. Y yo me pregunto: ¿Se pide la opinión de los comerciantes y vecinos al acometer obras de semejante envergadura?
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