Una mañana cualquiera andando por Bilbao. La del día 29 de mayo, concretamente. Y las escaleras del ayuntamiento están teñidas de verde fosforescente de las chaquetas de vigilantes de la OTA que reclaman que su convenio se respete.
Un poco más arriba en la oficina de la Caja Laboral en la Gran Vía, al ladito de la Plaza Circular, los afectados por las Preferentes exigen soluciones. Muy organizados, reparten hojas exponiendo muy claramente su situación ¿dónde ha ido su dinero?
Unos pasos más allá y en menos de 20 metros, empleados del Santander protestando con pancarta por los despidos en el banco.
Una mañana cualquiera. En un recorrido de menos de 700 metros. Apenas medio kilómetro ¿Qué sucederá en otros lugares de la Villa en ese mismo momento?
Tal vez, sin apenas prestar atención, habrá quien aprecie reclamos para tomar parte en una huelga general al día siguiente.
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