De nuevo Javier Ortiz escribiendo una columnita de las suyas. Concisa, clara y profunda. ¿Quién niega la crisis? ¿El que tiene el puesto asegurado?
Por cierto. En aquellas tierras del alicantino camarero se votaba a alcaldes que se sabía que eran corruptos. Pero daban trabajo en la cosntrucción. Bueno. No se vota solamente a alcaldes corruptos en Alicante. Esto es la España caciquil que sobrevive a todo porque hay seres que cada vez que sacan la basura y la tiran al contenedor, su dignidad también va en el cubo. No tienen ni una sóla molécula en su cuerpo de ella. Ni rastro. Y encima son ellos los primeros que gritan, se quejan y se rasgan las vestiduras por todo.
4-2-2009
Javier Ortiz
El dedo en la llaga
Árboles y bosques económicos
Puede parecer extraño que muchas personas sin apenas estudios técnicos hayan sido capaces de predecir la actual crisis económica antes y mejor que los más renombrados especialistas. A mí me lo dijo hace muchos meses un barman alicantino, refiriéndose en concreto al caso español: “Esa gente debe de creer que va a seguir vendiendo coches y apartamentos hasta el infinito”. Pues se ve que sí; que eso era lo que creía “esa gente”. Pero no porque sea particularmente torpe ni ignorante, sino porque la ambición y el interés nublaban sus entendederas.
En el prefacio a su Contribución a la crítica de la Economía Política, brillantísimo texto que Karl Marx escribió hace 150 años (casi día por día, dicho sea de paso), el ahora tan reivindicado pensador de Tréveris dejó escrito: “No es la conciencia de los hombres la que determina su ser; es, por el contrario, su ser social el que determina su conciencia”. Por decirlo en román paladino: no es que cada cual hable de la feria según le va en ella, sino que ve y entiende las ferias de acuerdo con lo que espera y necesita de ellas. Los gobernantes, empresarios, financieros y teóricos de alto copete no examinan la evolución de la economía como si fueran científicos que observaran asépticamente el comportamiento de un grupo de coleópteros y lo mismo les diera que los bichos tiraran para aquí o para allá. Está en juego su tren de vida: sus fincas, sus coches, sus yates, sus viajes en primera, sus amantes, sus sirvientes, sus lujos. No pueden formarse un criterio sereno sobre lo que tienen delante de las narices. Están obnubilados por lo suyo. Se han rodeado de demasiados árboles como para estar en condiciones de
ver el bosque.
http://blogs.publico.es/eldedoenlallaga/494/arboles-y-bosques-economicos
hola ,queria preguntarte por la entrevista a manuel ayllon e intereconomia de hace un año y pico mas o menos, es que no se puede escuchar ya?,porque en la entrada tuya de la enrevista ya no se puede escuchar era impagable,
ResponderEliminarun saludo de alejandro
Alejandro:
ResponderEliminarLo siento.
Tendrás que buscarla por otros cauces ya que ese era el único enlace que yo tenía.
Un saludo y gracias por seguir esta bitácora.