17 junio 2008

Viviendas vacías

La carta de Iker da qué pensar. Los ayuntamientos siguen erre que erre queriendo construir donde ni se puede (como en la ribera de Deusto). Cuidadín con las inundaciones. Y es que somos animales de costumbres. Y algunos pensaban que la gallina de los huevos de oro era inmortal. Se acostumbraron a tener pingües beneficios. Pensaron que nunca se acabaría. La burbuja ha estallado y se ha cargado una generación entera. Consulten la pirámide de la población. En fin. Internet está lleno de foros a cuenta del ladrillazo para quien desee ilustrarse. Esta misma bitácora cuenta con una sección de enlaces a la derecha. Les dejo con el cerdito ahorrador después de que se instaurase el euro.

17-6-2008
Diario El Correo
Edición Vizcaya
Cartas al Director

Viviendas vacías
Iker Aroztegi Alvarez
Desaceleración económica profunda o crisis. Llamémosla como queramos. Ya llegó. Causante principal: la construcción, construcción que hasta hace bien poco generaba riqueza, trabajo y bienestar por doquier (sin lugar a dudas así ha sido para promotoras, en forma de ventas de pisos; y cajas de ahorro o bancos en forma de suculentos intereses por préstamos hipotecarios), así como una subida imparable en el precio de lo construido.
Paradójico resulta lo de las dos caras de la economía. La macro-economía en forma de grandes beneficios para unos pocos y la micro-economía que nos deja una precaria, desoladora y prohibitiva realidad en muchas más personas y familias de la que nuestros ojos alcanzan a ver.
En Deusto, un piso de 60 metros cuadrados viene a costar 354.000 euros (59 millones de pesetas), lo que se traduce a 1.976 euros mensuales en una hipoteca a 30 años. Todo esto ante un salario mínimo interprofesional estipulado en 600 euros y una temporalidad laboral del 95% en los contratos de los jóvenes.
Ante todo esto tan solo un dato. En Deusto hay 1.108 viviendas vacías. Que cada cual realice su propia reflexión.

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