24 enero 2006

El gallinero


24-1-2006
Diario El Correo
Edición Vizcaya
JOSÉ MARI REVIRIEGO/BILBAO
AYUNTAMIENTO DE BILBAO
El fiasco de las World Series se cierra sin que ningún partido asuma la responsabilidad
El Ejecutivo municipal culpa al PSE de la ruptura del consenso y de alejar a los patrocinadores privados
El Ayuntamiento de Bilbao dio ayer por cerrada la crisis de las World Series sin que ningún partido haya asumido responsabilidad alguna por la cancelación del evento a las primeras de cambio. Mes y medio después de que el alcalde confirmara el final de la carrera de coches amparado en el desacuerdo político, los grupos municipales volvieron a cruzarse acusaciones sobre el fiasco de una iniciativa que estaba concebida para celebrarse dos años más.
El PP había forzado la convocatoria de un pleno monográfico sobre las World Series en un intento por buscar el desgaste en el gobierno y en el resto de la oposición. Sin lugar para la sorpresa, puesto que la liquidación de la prueba es un hecho, los populares reclamaban a Ezker Batua y a EA, socios de Azkuna, y al PSE que «pidan disculpas a la ciudadanía» por haber retirado «a la ligera» su apoyo a la carrera. Al Ejecutivo le solicitaba un protocolo para gestionar otros grandes eventos, esta vez, con los cabos bien atados.
Pero no hubo ni una cosa ni la otra. En su lugar, se reprodujeron las discrepancias en un debate que arrancó con varias preguntas directas de Antonio Basagoiti: «¿Quién va a asumir este fracaso? ¿Quién va a pagar este derroche de dinero público?» No tuvieron respuestas.

«Sin tener datos»
El Gabinete de Azkuna (PNV) volvió a culpar de la ruptura del consenso al PSE, el grupo que abrió la cadena de desmarques al considerar que la competición no había cumplido las expectativas. «Esa es la principal causa de la suspensión y ustedes la abanderaron sin tener datos suficientes», señaló el concejal de Promoción Económica, Ricardo Barkala.
La otra razón, apuntó el impulsor municipal de la carrera, fue que «la inversión privada comenzó a retraerse» al conocer el rechazo socialista. «Usted (en alusión al portavoz del PSE) ha echado por tierra las ilusiones de muchos», advirtió Barkala, que intervenía ayer en público por primera vez desde la crisis, ya que el alcalde se había ocupado en solitario de anunciar el adiós al evento. De hecho ha esperado a hoy para defender el informe de la prueba, disputada en julio.
Los socialistas eludieron cualquier responsabilidad en la anulación del espectáculo, cuyo coste ha superado los 10 millones de euros en su primera y única edición, y devolvieron el ataque al cuestionar la solidez del proyecto en los partidos que apoyan a Azkuna, EB y EA. «¿Alguien puede creerse que la carrera no se hace porque el PSE no está de acuerdo con ella? Usted no ha sido capaz de convencer a sus socios ni al alcalde», le replicó Txema Oleaga, tenso por momentos en una sesión en la que recibió críticas desde casi todos los escaños.
Basagoiti dijo que los socialistas «no eran de fiar» e intentó demostrar que la carrera no carburaba bien de origen, ni siquiera en el Ejecutivo. Así, recordó el pleno de mayo, cuando los partidos apoyaron por unanimidad las World Series. La votación no fue provocada por el alcalde, como parecería corresponder a su liderazgo político, sino por el PP. Algo que, a la postre, ha servido de salvavidas al propio Barkala.
Aunque coincidió con el PNV en atribuir a motivos electorales el desmarque del PSE, el PP sólo logró una obviedad del equipo de Azkuna: «seguir trabajando para conseguir eventos». Tras el pleno, Azkuna dejó otra pregunta en el aire: «¿Creen que se podían repetir las World Series con este gallinero»?

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